Tú eras de los que planificaba mientras yo era de las que vivía improvisando.
Calculabas las horas que tenías disponibles para pasar tiempo conmigo, para estar con tus amigos y para visitar a tus padres. Eras un esclavo del tiempo y de la organización.
Contabas los besos que me dabas al día, los roces y las caricias. Tenías que saber exactamente que comeríamos cada día y a dónde iríamos a pasear después.
Yo siempre fui de las que se abalanzaba sobre ti, de repente para abrazarte o darte un beso. De las que te hacía el amor sin prestar atención al tic tac del reloj. Contaba tus lunares cada día por si aparecía uno nuevo y les buscaba una forma peculiar.
Decías que estaba loca, que no podía ser tan imprevisible y hacer las cosas tan a la ligera, que vivía en mi propio caos. Pero yo era así, me encantaba improvisar mientras veía como te sacaba de quicio. Tan pronto me ponía a leer, como lanzaba el libro por los aires y empezaba a bailar. Todos los días esperaba por parte tuya una sonrisa de más, un mimo o un “te quiero”, pero siempre me quedaba así, esperando.
Eras como una máquina, lo tenías todo calculado. Dejabas que el reloj viviera tu vida por ti, que la agenda mantuviera buena relación con tus amigos y que la PDA se encargara de saber que tiempo haría cada mañana para ahorrarte el asomarte a la ventana y ver el mundo que te rodeaba.
Y eso fue lo que le faltó a nuestra relación, improvisación.
(Os recuerdo que podéis participar en el concurso del aniversario del blog, las bases aquí ; Y he de dar las gracias a Mireille Nolan por el premio que me ha concedido, muchas gracias de verdad (: Un beso a todos. )
Simplemente me ha encantado. Has hecho que me emocione y que me ponga triste a la vez. Se vive tan claramente lo que escribes...que parece que estes ahi. Gracias por alegranos la vista a mas de uno con lo que escribes.
ResponderEliminarCierto, la improvisación es muy buena... y hay escasez...
ResponderEliminarA lo mejor a esa relación también le falto eso...tiempo sin enlatar :)
ResponderEliminarBesazos atemporales
Qué genial este texto! El último párrago es ya demasiado..(L)
ResponderEliminarA ver si me da tiempo y participo :)
Un beso enorme!
Precioso blog, te sigo
ResponderEliminarUn beso
Gran historia ^^ Y tienes toda la razón las relaciones que van acompañadas de improvisación son bonitas pero las que van sin ellas se vuelven monotonas y aburridas :S
ResponderEliminarUn besito enorme, nos leemos.
simplemente precioso
ResponderEliminarLo que se estaba perdiendo ese chico, ni se lo imagina.
ResponderEliminarhombre, ni tanto ni tan poco jeje
ResponderEliminarfelicidades por ese añito wapa! :)
El texto es simplemente precioso. Es una triste verdad que muchos somos esclavos del tiempo. El chico no sabe lo que se pierde. La espontaneidad es un bien que hace falta.
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