Tenía el coche que siempre había soñado, una casa de revista
y un empleo de éxito. Me invitaban a todas las grandes fiestas de la ciudad y
en ellas me codeaba con el círculo social en el que siempre había querido
entrar.
Tenía a mi cargo a decenas de personas que dependían de mí.
La gente se daba tortas por trabajar conmigo. Contratos millonarios y portadas
de revista ocupaban cada día la mesa de mi gran despacho, en uno de los mejores
edificios de oficinas de la ciudad.
Salían a mi paso, en cada esquina, bonitas chicas que
llevarme a la cama. Había conseguido
convertirme en todo lo que siempre había querido, en un hombre de éxito. Pero,
algo me abrió los ojos, algo que me hizo ver que realmente estaba completamente
vacío.
Y es que ella me descubrió que uno no siempre puede vivir
con lo que quiere, sino con lo que necesita.
Es lamentable eso, vivimos las vida pensando que lo que verdaderamente importa son ls cosas materiales o los logros profesionales y nos olvidamos de las coasa que nos movian al principio, de las cosas que nos gustaban.
ResponderEliminarMe da gusto volver a pasarme por tu blog.
Besos ñ_ñ
Siempre se tiene pensado que el éxito consigue llenar el vacío de nuestras vidas. Sencillo, convertirnos en el modelo de mucha gente y en la envidia de otros tantos. Aunque no siempre es ése el camino acertado si no tienes a nadie con quien compartir tus riquezas.
ResponderEliminarBesos <33
¡Hola! Me encanta tu blog, lo sigo desde hace tiempo, he decidido empezar una novela yo misma, pásate y si me dices tu opinión me harías un gran favor, ¡gracias! http://peroexisto.blogspot.com/
ResponderEliminar¡Hola! Creo que es la primera vez que paso por aquí
ResponderEliminarYo creo que el éxito no tiene tanta gracia si no tienes con quien compartirlo. Poder compartir sueños, y cumplirlos juntos a alguna o algunas personas vale más. Porque se alegrarán por ti.
Ha sido encontrarte y no poder dejar de leer, por favor no dejes de escribir! me inspiras.
ResponderEliminarmaria
Un blog muy personal, di que sí, creo que es de los más personales que he visto.
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