Pensaba que nunca llegaría, que estaba destinada a quedarme
sola. Veía amores fugaces por las calles, besos robados y abrazos
anestesiantes. Soñaba con amores de cuento, romances a través del tiempo.
Pasaban los días y yo seguía sumida en el profundo sueño de
Blancanieves, seguía limpiando en la casa de la malvada madrastra y me pinchaba
el dedo una y otra vez con la rueca.
Pero de repente, un día como otro cualquiera, en aquella
cafetería en la que solía desayunar, te encontré, con tu media sonrisa, tu
espalda ancha, tu dulce voz. Pusiste patas arriba mi vida, mi mundo. Me
enseñaste que los domingos no son tan deprimentes, que llenarse la cara de harina es
un buen maquillaje. Me hiciste comprender que mis demonios no son tan malos y
que les gusta jugar con los tuyos.
El desván de mi casa no recibía visitas desde hacía mucho tiempo,
pero llegaste tú y te instalaste en él.
(Lo prometido es deuda)
Qué bonito cuando llega alguien de forma inesperada a nuestra vida, para ponerla patas arriba en cuanto a emociones se refiere.
ResponderEliminarEspero que nos sigas contando el transcurrir de tu historia.
Un beso
¡Espero poder seguir escribiendo para vosotros! Un beso, bonita :)
EliminarMientras los demonios esten entretenidos y la sonrisa en el rostro ¿qué más podemos pedir?. Muy bonito. Un beso.
ResponderEliminar¡Muchas gracias!
EliminarUn beso :)
Y con todo ello el placer de disfrutar de la vida de otra persona entrelazándose con la tuya. Precioso.
ResponderEliminar¡Besos!
¡Mil gracias M.! Un beso enorme :)
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